Querido Padre: Londres me encanta, la gente es muy amable y todo muy bonito, pero Papá, me muero de vergüenza cuando vengo a la universidad en la Ferrari de oro macizo que me regalaste, cuando la mayoría de mis compañeros y profesores vienen en tren. Un beso de tu hijo. Amado hijo: Te acabo de hacer una transferencia de 20 millones de libras. Te pido por favor que dejes de ponernos en ridículo. Ve y cómprate un puto tren tu también. Con amor, tu padre....Jajaja!!!